Cambio de hora y el efecto en los niños y niñas

cambio de hora y el efecto en niños
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¡Bienvenido, otoño!

El 22 de septiembre empezó el otoño y con él llegó el frío. Siempre nos encontramos con el dilema: ¿team frío o team calor? Despedirse del verano, que es sinónimo de calor, vacaciones y volver a la rutina de los días con menos luz y fríos, siempre genera este debate.

Pero hay un debate aún más intenso, ¿debemos cambiar la hora 2 veces al año o es un acto obsoleto?

El cambio de hora: beneficios y desventajas en la infancia

Cada año, en primavera y en otoño, los relojes se adelantan o se atrasan una hora con el objetivo de aprovechar mejor la luz solar. Aunque esta medida se implantó inicialmente para favorecer el ahorro energético, hoy en día su impacto en la salud y el bienestar de las personas —y en especial de los niños— genera bastante debate. 

Beneficios potenciales del cambio de hora

    • Más horas de luz por la tarde: esto permite que los niños puedan disfrutar de actividades al aire libre después del colegio, favoreciendo el ejercicio físico y la socialización.

    • Impulso de la vida familiar y fuera de los hogares: con más horas de luz, se cree que las familias tienen más oportunidades para compartir tiempo de calidad, pasear o realizar actividades en el exterior.

    • Concienciación energética: aunque el ahorro actual es limitado, el cambio de hora nació con una intención pedagógica: hacer un uso más racional de la luz natural.

Desventajas para la infancia

    • Alteración del ritmo circadiano: los niños son especialmente sensibles a los cambios de horario. Tener que levantarse o acostarse en un momento que no coincide con su “reloj biológico” puede causar cansancio, irritabilidad y dificultades de concentración. La mayoría de familias temen el momento de cambio de horario. ¿Cómo hacerlo, de golpe? ¿Escalonar el cambio durante los días previos? Muchas teorías, pero como bien dice el refrán, cada criatura es un mundo.

    • Impacto en el sueño: los pequeños necesitan rutinas estables. El cambio de hora puede provocar insomnio o desajustes que tardan días o incluso semanas en regularse. Los primeros días puede costar más conciliar el sueño, despertares nocturnos o simplemente que se levantan como siempre y con el cambio de hora de invierno significa 1 hora antes.

    • Rendimiento escolar: la falta de descanso adecuado repercute directamente en la atención y el aprendizaje, lo que puede dificultar el progreso académico. Justo es la época post adaptaciones y volver a la rutina y cuando parece que todo está controlado les añadimos un cambio de ritmo que puede reducir su energía.

    • Desajustes familiares: el hecho de que los adultos también se vean afectados influye en la dinámica del hogar, con más estrés y menos paciencia en las rutinas diarias. No solo a los más pequeños les afecta el cambio de horario. Y se nota en la paciencia, cansancio de toda la familia.

En conclusión, aunque el cambio de hora puede ofrecer más luz y momentos para compartir en familia, los efectos negativos sobre la salud y el equilibrio de los niños suelen pesar más que los beneficios. Cada vez son más las voces que defienden mantener un horario estable durante todo el año, priorizando el descanso, el bienestar y el desarrollo de la infancia. A pesar de que en 2019 el Parlamento Europeo aprobó la medida de eliminar el cambio de hora, aún no se ha implementado. ¿El motivo? La falta de consenso entre países debido al impacto que puede provocar en la economía.

Así que en 2025 seguiremos con el cambio de hora que se llevará a cabo el último fin de semana de octubre.

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