Todo lo que debes saber sobre una excedencia

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¿Has cogido una excedencia y ahora quieres volver al trabajo remunerado, pero te preocupa que ese paréntesis te penalice?

¿Estás considerando tomarte una excedencia y te inquieta cómo afectará a tu futuro profesional?

¿Eres reclutador/a y tienes delante a una candidata que ha estado fuera del mercado laboral durante un tiempo para cuidar de sus hijos?

Entonces, sigue leyendo. Vamos a hablar de todo lo que no se suele decir sobre este tema y, sobre todo, de los beneficios que puede aportar al mundo laboral la reincorporación de una madre tras una excedencia.

Excedencia: un tiempo valioso, no perdido

Las madres cuidan gratis. Y lo hacen a gran escala. Según los datos del primer semestre de 2023, el 84,5% de las excedencias no remuneradas fueron solicitadas por mujeres. Esta cifra refleja una brecha estructural, pero también una gran oportunidad para repensar cómo valoramos el tiempo dedicado al cuidado.

Sí, necesitamos políticas de conciliación más justas y efectivas. Pero mientras eso llega, es urgente resignificar el valor de estos periodos de cuidado en el ámbito profesional. Aquí te damos tres ideas clave para hacerlo:

1. Habilidades blandas o «soft skills» que marcan la diferencia

Durante una excedencia, no estás “desconectada del mundo profesional”. Al contrario: estás desarrollando capacidades esenciales que rara vez se entrenan formalmente.

 

    • Toma de decisiones bajo presión

    • Gestión emocional

    • Resolución de conflictos

    • Escucha activa y comunicación eficaz

    • Planificación constante

Cuando vuelves al trabajo, no vuelve la misma persona que se fue. Se reincorpora alguien con una nueva perspectiva y una mejora clara en habilidades blandas, tan demandadas y difíciles de adquirir.

2. Productividad real

Conciliar obliga a priorizar y a optimizar. Una persona que necesita conciliar su vida profesional y personal aprende a hacer más en menos tiempo. Las interrupciones forzadas, los imprevistos y la logística diaria hacen que afines tu productividad como nunca antes.

Y eso se nota cuando vuelves. Tu enfoque es más claro, tu eficiencia mayor. Conciliar no te resta valor profesional: puede multiplicarlo.

3. Gestión del tiempo: tu nuevo superpoder

En muchos entornos laborales, la mala gestión del tiempo es un problema crónico. Pero cuidar a menores exige organización, planificación y agilidad mental.

Durante la excedencia has aprendido a gestionar el tiempo con precisión quirúrgica. Esa habilidad puede ser clave para equipos que necesitan estructura, enfoque y resultados.

Cuidar también construye carrera

Hasta que logremos una conciliación real, justa y compartida, es fundamental poner en valor los aprendizajes y competencias que surgen en esos meses (o años) de cuidado.

Cuidar no es desaparecer. Es transformarse.

Y al volver, esa transformación puede enriquecer al entorno laboral, aportar nuevas miradas y generar cambios positivos para todos.

Si te interesa seguir reflexionando sobre estos temas o quieres compartir tu experiencia, escríbenos un comentario. 

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